Javier Prado, tiene 11 años de edad. Desde el pasado mes de mayo padece de Leucemia Mieloide, lo que ha dificultado sus días, internado en el hospital Elias Toro, en Catia. Se ha sometido a dos quimioterapias y requiere de un trasplante de médula para seguir viviendo.

Con una mirada llena de brillo, una sonrisa tímida, poco cabello por los tratamientos y energía para interactuar con sus hermanos, así nos recibió este angelito.

El señor Rafael Guzmán ha sido pieza fundamental en el desarrollo de Javier. No es su padre biológico, pero ante el abandono de su madre, se ha dedicado al minucioso cuidado de él y sus dos hermanos menores. “Nunca he pensado tirar la toalla, y jamás lo haría”, dijo durante una entrevista para Caraota Digital.

Viven en una Misión Vivienda en la ciudad capital, lugar donde se dio el encuentro. Una casa humilde, pero rica en amor, de un hombre que ha dado vida al dicho: “Padre no es el que engendra, sino el que cría”.

Confesó entre lágrimas que ha visto llorar a sus hijos de hambre, otros días que pasa en el centro hospitalario la comida no es suficiente. Según contó a Javier, le entregan una porción que pudiese ser para un niño de un año de edad.

Pese a tener también autismo, no dudó en expresarse y enviar un mensaje a todos los pacientes infantiles del país. Los instó a seguir luchando y viviendo, pese a que consideró difícil “admitir esa enfermedad”.

En la actualidad Rafael tiene en sus manos la custodia de sus dos hijos biológicos (hermanos de Javier), y el agregado familiar de Javier. Esperan encontrar la ayuda necesaria para lograr su trasplante y seguir viendo sonrisas en su rostro de inocencia.

Fuente: Caraota Digital