La pequeña Antonella, la bebé que falleció la madrugada del jueves en la emergencia del hospital Dr. Manuel Núñez Tovar de Maturín, con sus cuatro meses tuvo que sortear situaciones difíciles como vivir los primeros dos meses de su existencia en el anexo femenino del Centro Penitenciario de Oriente (CPO), mejor conocido como la cárcel de La Pica.
La madre de la niña está presa desde hace 4 años, y allí ha parido dos veces. De acuerdo a lo narrado por su tía, Danielys Figuera, la lactante, luego de estar los dos primeros meses con su madre, quien la alimentó con leche materna, fue entregada el pasado mes de diciembre a su abuela para que se hiciera cargo.
La bebé pasó la navidad sin ninguna novedad, y no fue sino hasta enero cuando presentó problemas de salud relacionados probablemente con la malnutrición, por lo que fue llevada al hospital, pero no fue recluida, al parecer por falta de insumos.
La infante fue llevada, según la tía, a un pediatra que “recomendó alimentarla con sopitas de auyama, apio o pollo” y registró mejoría.
En febrero, se descompensó debido a que no quería comer, por lo que la llevaron nuevamente a la emergencia pediátrica el pasado lunes, por presentar condición crítica hasta el día jueves 15.
Durante los días que estuvo hospitalizada, le realizaron algunos exámenes de laboratorio que arrojaron niveles elevados de azúcar (590) cuando lo normal, según los médicos es de 60-120 y otros niveles muy bajos como el potasio, que apenas era de un gramo, sólo la hemoglobina registró nivel normal, es decir de 10 gramos.
La madre de Antonella tiene otros tres hijos de nueve, cinco y dos años y medio que están a cargo de su abuela, la última menor también nació en la cárcel.
La abuela recibe ayuda de su hijo y su esposo y sale casi todos los días a comprar lo que puede. Considerando los altos precios de los alimentos, opta por lo más económico como la yuca y otro tipo de verduras, expone Figuera.
Menos de dos horas pudo ser velada la menor porque no fue bien preparada en la morgue, ni formol le aplicaron. La pequeña urna fue donada por la Gobernación, pero los familiares tuvieron que gestionar papeleos y otros contratiempos.
Fallas con el Clap
Como en muchos otros sectores de Maturín, Guarapiche II, donde reside la abuela, no escapa de las fallas que se registran con la distribución de las denominadas cajas Clap, que de acuerdo a los vecinos y a la propia tía de la niña, “solo llega en época de elecciones”.
El año pasado el beneficio que es un programa bandera del Gobierno Nacional, porque “atiende a los sectores más vulnerables”, apenas llegó en tres ocasiones.
Dos niñas con tosferina
En la casa donde vivía Antonella, viven además, las dos hijas de Danielys Figuera que están enfermas de tosferina desde hace unas semanas, por lo que le indicaron antibióticos y medicamentos para la fiebre, sin saber sobre su contagio.
Otro peiatra recomendó hacer exámenes médicos, que no les ha podido realizar por no tener dinero.
Las niñas de dos y cuatro años no pueden serenarse, salir en tiempo de lluvia, dormir con ventilador o bajo aire acondicionado porque sufren fuertes ataques de tos, incluso el médico le indicó que el jabón de ropa y el cloro le producen alergias a las menores. Esta enfermedad puede durar más de tres meses para curarse.
Fuente: El periódico de Monagas