Durante el primer trimestre del 2018 ha habido 2.412 protestas en Venezuela, 93% más  que en el mismo periodo del 2017. Cuando se analizan las exigencias a los derechos por las que los venezolanos salieron a la calle, se determina que 784 estuvieron relacionadas con  los servicios básicos, 708 por derechos laborales, 549 por alimentos y 287 por el derecho a la salud, de acuerdo al boletín trimestral del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS).

Ante la emergencia humanitaria compleja que se vive en Venezuela, los trabajadores del sector sanitario del país: médicos, especialistas, enfermeras, personal administrativo, obreros, personas con condiciones de salud crónica y sus familiares, exigieron cooperación humanitaria internacional.

La ausencia prolongada de medicamentos e insumos médico-quirúrgicos, así como la remuneración al personal médico, las deficiencia en infraestructuras hospitalarias e inseguridad personal movilizaron a
médicos, enfermos y familiares.

Todos los manifestantes tenían un punto de exigencia común: la cooperación humanitaria internacional, para garantizar atención mínima en el sistema de salud que permita prevenir epidemias, al tiempo de mejorar las condiciones y complicaciones de pacientes crónicos.

La situación cada día es peor frente a la inacción del Estado que no solo incumple sus obligaciones en garantizarle el derecho a la salud de los venezolanos sino que niega la situación y rechaza cualquier mecanismo internacional de ayuda. Las personas con enfermedades crónicas que componen más de 300.000 personas: hipertensión, cáncer, VIH, trasplante, hemofilia, parkinson, enfermedades intestinales, entre toras, son los más afectados porque dependen del suministro de medicamentos para el tratamiento que entrega el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).