El 26 de mayo del 2017, Fundavene, dependiente del MPPS, anunció la suspensión del programa de procura y trasplante renal de donante de cadáver en el país. En su comunicado, Fundavene solicitó a los centros de trasplantes del país informar a los más de 5.000 pacientes en lista de espera que, a partir del 1 de junio de 2017, no se realizaría la actualización mensual de las placas para evaluar la histocompatibilidad entre donante de riñón y el paciente receptor. Estimaba una revisión de la medida en septiembre de 2017, lo cual nunca sucedió y en dicha comunicación estableció: “Los motivos de la aplicabilidad de estas medidas por todos conocidos han sido expuestos ante el Despacho del MPPS en la anterior y en la presente gestión. En entendido que, a pesar de las implicaciones médicas que esta medida pueda acarrear, resulta la estrategia más responsable a tomar ante la actual situación que atraviesa la salud pública tanto a nivel de infraestructura, RRHH así como suministro oportuno de medicamentos inmunosupresores para la inducción en el trasplante de órgano “, cita el texto enviado a los centros de trasplantes. Ya ha transcurrido un (1) año de esta suspensión y muchos son los que murieron, esperando por la reactivación del programa de procura de órganos y trasplantes.
Asimismo, persiste la ausencia absoluta de los medicamentos inmunosupresores tales como; (Everolimus, Sirolimus, Azatioprina), necesarios para evitar el rechazo de órganos, así como los tratamientos para revertir los rechazos agudos, que llegan a los centros hospitalarios en el país.
Debido a esta escasez hemos podido registrar en el primer trimestre del año 75 rechazos de órganos y 6 personas fallecidas.
Las unidades de hemodiálisis, no reciben mantenimiento preventivo ni correctivo, igualmente las respectivas plantas de osmosis (encargada de filtrar el agua proveniente de los tanques de agua hacia la Unidad), las cuáles requieren recibir mantenimiento cada tres meses. En la mayoría de los casos, el agua sólo llega a los tanques solo por cisterna, ya que no cuentan con suministro regular de agua. Así mismo la intermitencia en el suministro de los insumos (Filtros, Dializadores, líneas y Catéteres) han puesto en peligro a más de 15.000 personas con insuficiencia renal y que hoy muchos de ellos han fallecido por la constante interrupción de las diálisis.
Las carencias importantes de antibióticos, incrementan el riesgo exponencialmente de los niños, niñas, adolescentes y adultos, ya que pueden complicar su enfermedad hasta fallecer, por no recibir el protocolo completo de antibióticos, y más en el caso de los que reciben diálisis en los cuáles el catéter permanece expuesto. Adicionalmente, continúan las fallas en el suministro de antihipertensivos, analgésicos y medicinas como Paricalcitol.