En los primeros tres meses del año los trasplantados han visto crecer alarmantemente la cifra de pérdida de órganos por ausencia de sus inmunosupresores, al menos 64 personas presentan rechazo agudo de su injerto, mientras que dos trasplantadas murieron en el mes de marzo por la misma situación, de acuerdo a datos recabados por Codevida.

Marta Solórzano y Luz Marina Fuente murieron el 4 y 13 de marzo respectivamente, sus testimonios fueron recabados y difundidos por Codevida para denunciar el deterioro de su salud ante la imposibilidad de cumplir con su tratamiento que evita el rechazo de órgano sin imaginar que 24 horas después fallecerían.

El Estado venezolano está condenando a muerte a los 3.500 trasplantados cuando el Gobierno no garantiza el acceso a los medicamentos para evitar el rechazo del órgano donado, a pesar de que es su obligación garantizar el derecho de todos los venezolanos.

La escasez de insumos y medicamentos es tan dramática que no hay Timoglobulina ni Solumedrol, tratamientos que se usan para revertir los efectos de un rechazo de órgano agudo cuando lo ataca el sistema inmunitario.

Nuestro director, Francisco Valencia, advierte que los reportes y denuncias de rechazo de órgano están produciéndose interdiarios. “Cada dos días alguien pierde su órgano“