El 16 de abril alrededor de 30 camiones con el emblema de la Cruz Roja atravesaron la autopista Caracas – La Guaira cargados con medicinas e insumos médicos. La ayuda humanitaria, que desde 2015 habían exigido las organizaciones no gubernamentales que trabajan con personas con condiciones de salud crónica y a la que durante años se opuso el gobierno de Nicolás Maduro, había llegado.
Pero luego de aquella caravana, poco se supo sobre el cargamento. A través de la cuenta en Twitter de la Cruz Roja se conoció que a su sede en la capital venezolana, el Hospital Carlos J. Bello en la parroquia Candelaria, llegó un lote de lo que acababan de traer. También se difundió que el Hospital Central de San Cristóbal, en Táchira, había recibido una donación de la institución.
Días después, en una entrevista a la AFP, el director de Comunicaciones del organismo en Venezuela, Luis Farías, declaró que la ayuda humanitaria se repartiría en 8 hospitales y 30 ambulatorios de la Cruz Roja, así como en centros públicos. En toda la operación intervendrían 3.000 voluntarios. Hoy, casi nada de lo que llegó a bordo de los camiones que cruzaron Caracas hace tres semanas ha llegado a su destino final: las personas. En Caracas solo se han repartido pastillas potabilizadoras y bidones en algunas comunidades populares como parte del programa de Agua y Saneamiento Ambiental.
“La Cruz Roja tiene una forma de trabajar muy específica en todo el mundo y para evitar que lo que ellos digan sea puesto de una manera o de otra, ellos tienen una estructura de declarar lo menos posible. Creo que ellos están en una lógica de transparencia, no tenemos ninguna duda de lo que están haciendo como equipo de trabajo. Estamos en contacto perenne con ellos. Cuando algo no nos gusta, se lo decimos. Cuando a ellos algo no les gusta, nos lo dicen. Tenemos una comunicación de varias veces al día”, comentó Julio Castro, médico infectólogo que coordina el área técnica de la Comisión Especial de Seguimiento a la Ayuda Humanitaria de la Asamblea Nacional.
Castro afirmó que, desde el principio, al parlamento venezolano se le ha contactado para que participe en la verificación del proceso. “Hemos visto lo que ha llegado, fuimos al depósito, documentamos y cotejamos lo que hay con la información que ellos nos dieron y eso coincide, hasta ahora”, agregó.
Para este miércoles, 8 de mayo, estaba prevista la llegada de un barco proveniente de Panamá con al menos ocho kits estandarizados de emergencia (Interagency Emergency Health Kit o IEHK) –cada uno de estos, de acuerdo con información suministrada a la AFP, puede atender a 10.000 personas durante tres meses con 1.200 kilos de medicamentos e insumos médicos básicos–, pero su arribo no se pudo confirmar. A principios de abril de este año, Runrun.es solicitó una entrevista a la institución, pero hasta ahora no ha sido concedida.
“Desde mi punto de vista, la ayuda humanitaria de la Cruz Roja fue una desilusión. Fue más un compromiso que entabló el gobierno de Nicolás Maduro ante la comunidad internacional para poder hacer ver que se atendía a la población. No entendemos cómo, hasta ahora, no han llegado más cargamentos y, aunque llegaran semanalmente, no serían suficientes”, resaltó Francisco Valencia, director de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida).
Para el activista, la Emergencia Humanitaria Compleja en Venezuela continuará mientras el gobierno de Maduro no reconozca la situación del país y permita que se activen todos los protocolos para atender a la población en riesgo.
Tal protocolo, señaló el activista, pasa por permitir que la ayuda humanitaria llegue a través de otras instancias, que sea amplia, continua y abra paso a la llegada de aportes provenientes de “países amigos” que quieran cooperar para aliviar a quienes lo necesitan.
“Pensamos que es una cooperación muy limitada porque llegó hace 20 días un solo avión, no está muy claro qué fue lo que vino y a dónde se ha distribuido”, comentó Valencia.
Francisco Valencia alertó que los donativos serán inútiles si no se enfrenta la situación hospitalaria: un saneamiento profundo de las infraestructuras y la necesaria reparación de los equipos de diagnóstico, que son los que determinan qué requiere cada persona.
“Tenemos hoy una situación que cada vez se complica más. Naciones Unidas debe decretar a Venezuela como Estado en emergencia”, enfatizó.
Valencia exigió al presidente de la Asamblea Nacional y presidente encargado de la República, Juan Guaidó, a conformar una coalición de países que activen el mecanismo de protección a la población venezolana para aliviar la Emergencia Humanitaria Compleja”.
Fuente: Efecto Cocuyo