Niños y niñas están enfrentando graves riesgos, como la trata de personas, el reclutamiento por parte de grupos armados y bandas delincuenciales organizadas, así como a diversas enfermedades cuando cruzan la frontera venezolana hacia Colombia en busca de una nueva vida, advierte Save the Children.

La espiral de agitación política y económica -que provocó la hiperinflación, el desempleo, la escasez de alimentos y suministros médicos y trajo como resultado una crisis de malnutrición- ha provocado un aumento dramático en el número de personas que abandonan Venezuela en estado de desesperación.

El año pasado se produjo un aumento del 62% -más de medio millón- en el número de personas que cruzaron a Colombia y se quedaron allí, según la autoridad migratoria nacional de Colombia*.

Miles más continúan llegando a través de los 2.219 km de frontera en puntos de entrada tanto legales como ilegales en lo que probablemente se convierta en una prolongada crisis migratoria.

La coordinadora de protección infantil de Save the Children en Colombia, Jenny Gallego, dijo que los niños y niñas que ingresan al país – solos o incluso acompañados, en lugares con presencia de grupos armados y bandas de narcotraficantes corren un riesgo particular de ser reclutados, secuestrados y explotados.

“Estos niños y niñas que cruzan en puntos de entrada ilegales están cruzando un campo de minas virtual, mientras van hacia áreas pobladas”, afirmó.

“Su total invisibilidad por los servicios de apoyo y las agencias gubernamentales los hace increíblemente vulnerables frente a aquellos que intentan explotarles y abusar de ellos y ellas, como traficantes o reclutadores de grupos armados y bandas delictivas organizadas”.

Pero, dijo que todos los niños, niñas y adolescentes que buscan una vida mejor en Colombia enfrentan riesgos, y aquellos que llegan con sus padres a través de pasos fronterizos legales a menudo viven en condiciones pésimas sin un refugio adecuado.

Carolina **, una mujer venezolana de 33 años y madre de seis hijos, quien tiene ocho meses de embarazo y espera gemelos, recientemente realizó el peligroso viaje desde Venezuela y expresa que ahora enfrenta un tipo diferente de dificultad.

Tres de sus hijos viven con ella en Colombia en un barrio subnormal de la ciudad de Arauca, en una pequeña casa improvisada, mal construida de material de desecho y polipropileno, que tiene un gran agujero en el techo y los muros, sin acceso a servicios públicos como agua potable, energía y alcantarillado. Debió abandonar el primer lugar que construyó para vivir cuando llegó de Venezuela porque se inundó.

“Debido a la crisis económica ya no podía comprar comida, así que decidí venir a Colombia. La gente se burla de mi casa ya que no tiene la estructura ni el techo adecuados, pero eso es lo único que tengo “, dijo.

“No puedo conseguir un trabajo aquí porque somos venezolanos y no tengo un permiso de trabajo, además estoy embarazada y mi marido me abandonó con los niños. Esta mañana fui a la oficina del alcalde para conseguir un plato de comida para mis hijos, pero no lo conseguí. No quiero que mis hijos vivan así “.

Sus hijos asisten a uno de los espacios amigables de Save the Children, que son lugares seguros donde pueden jugar y aprender, pero las condiciones en las regiones fronterizas son duras.

Muchos niños y niñas tienen diarrea, afecciones de la piel y enfermedades respiratorias debido a la falta de un saneamiento adecuado, y también ha habido brotes de sarampión en los barrios marginales donde muchos viven.

Mientras tanto, la llegada de la temporada de lluvias este mes, significa que la propagación de enfermedades transmitidas por el agua, como enfermedades respiratorias y diarrea, se verá agravada por las inundaciones que comúnmente ocurren en la zona en esa temporada.

Mateo **, de 12 años, dijo que mientras vivía en Venezuela en una casa con electricidad y agua corriente, él y su familia a menudo pasaban hambre debido al alza en los precios de los alimentos. En Colombia vive en un refugio con techo de hojalata y lonas impermeables para paredes, sin electricidad, agua potable, ni acueducto.

“Estoy feliz ahora, porque logramos conseguir comida y comemos bien. Aunque no vivimos tan bien, estoy satisfecho porque es mejor aquí”. Aun así, Mateo ha sufrido una serie de enfermedades, desde la gripe hasta dolores de cabeza, vómitos y diarrea, debido a las malas condiciones de vida y porque había estado desnutrido.

Jenny Gallego, coordinadora de protección infantil, dice que todos los padres tuvieron que tomar una decisión difícil al migrar a Colombia.

“A menudo sus hijos e hijas ya no están tan hambrientos como lo estaban en Venezuela, pero ahora están en mayor riesgo por cuestiones de salud debido a las terribles condiciones de vida. Pocos tienen acceso a servicios de salud y educación”.

María Paula Martínez, Directora Ejecutiva de Save the Children en Colombia, dice que después de décadas de conflicto armado, Colombia está afrontando más situaciones de desplazamientos internos que cualquier otro país en el mundo, con más de siete millones de personas. Más de la mitad de ellos son niños y niñas***.

“Ahora cientos de miles ingresan desde Venezuela y continuarán llegando ya que la crisis en ese país no muestra señales de disminuir”. El gobierno colombiano y el resto del mundo deben reconocer esto por lo que es: una emergencia humanitaria prolongada que probablemente siga empeorando”.

Martínez dijo que los venezolanos están ingresando al país como migrantes y muchos más han llegado ilegalmente sin pasaporte, lo que significa que su acceso a la atención médica y la educación es extremadamente limitado y no tienen derechos laborales.

“Apoyamos el llamado de ACNUR para que el gobierno colombiano siga mostrando generosidad hacia los venezolanos al reconocer legalmente sus derechos básicos y su presencia en el país para garantizar que ellos, ellas y sus hijos e hijas estén protegidos”, dijo Martínez.

“Pero la responsabilidad por estos niños y niñas no solo recae en Colombia. Instamos a los gobiernos de los países vecinos a mantener sus fronteras abiertas e instamos a los gobiernos de todo el mundo a apoyar a estos gobiernos para ayudar a los niños, niñas y las familias necesitadas”.

Fuente: Ciudad del Saber