Jorge Rodríguez informó que en el estado Bolívar se registraron 23 casos y todos provenientes de la frontera con Brasil, zona que se convirtió en el epicentro de casos de COVID-19 en el estado.
El gobernador Justo Noguera declaró que más de 1.600 personas han regresado por la frontera y que los migrantes son recibidos en el hospital centinela de Santa Elena de Uairén.
Agudización de las medidas
En los municipios Gran Sabana en Bolívar, José María Semprún y Guajira en Zulia, el Poder Ejecutivo ordenó toque de queda para prevenir la expansión del virus en vista de la cantidad de casos que se registran diariamente.
El lunes también redoblaron las medidas en el municipio Páez en el estado Apure, restringiendo el libre tránsito entre las 4:00 pm y 10:00 am del día siguiente.
La orden tiene el objetivo de prevenir una cadena de contagio por lo que los puestos fronterizos mantendrán la cuarentena obligatoria de dos semanas.
Comunidades indígenas expuestas
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) señaló que las comunidades indígenas desplazadas están “peligrosamente expuestas” a la pandemia, destacando la situación de los migrantes venezolanos.
“A medida que la pandemia del coronavirus sigue avanzando por América Latina, (…) muchas comunidades indígenas desplazadas están ahora peligrosamente expuestas”, establecieron en un comunicado.
Los indígenas desplazados ven en los países fronterizos una oportunidad para resguardarse del virus | Foto Agenda Propia (Colombia)
En Brasil actualmente hay aproximadamente 5 mil indígenas venezolanos entre warao, pemón, eñapa, kariña, pemón y yekwana y la Acnur manifestó su preocupación debido a que el coronavirus está azotando la región amazónica y Brasil está emergiendo como uno de los focos de la pandemia en la región.
Los indígenas que han sido infectados con el virus han sido recluidos en centros sanitarios de Boa Vista y hasta ahora se han contabilizado 4 fallecidos en el refugio de Pacaraima.
También se refirieron a Colombia, donde “hay varios grupos de indígenas binacionales, como los wayuu, bari, yukpa, inga, sikwani o amorúa”, que en muchos casos viven en la zona fronteriza de Colombia pero no han podido regularizar su estancia en Colombia y están indocumentados.
“La mayoría de los grupos indígenas fronterizos ven amenazada su supervivencia física y cultural a causa de la escasez de alimentos y la desnutrición severa, aspectos que pueden incrementar el riesgo de contagio”, destaca la agencia de la ONU.
Además, consideran que, a pesar de los grandes esfuerzos realizados por la comunidad internacional, se necesita urgentemente un mayor apoyo para proteger las vidas de las comunidades indígenas.
En relación a esto y de cara a la conferencia internacional de donantes para los refugiados y migrantes venezolanos en América Latina este 26 de mayo, la Acnur hizo un llamado a los países para que presenten nuevos compromisos de apoyo. “Es alarmante que el Plan de Respuesta Regional para refugiados y migrantes de Venezuela en estos momentos apenas haya recibido el cuatro por ciento de los fondos necesarios”, reclamaron.
Fuente: Correo del Caroní