Como si fuese una pelí­cula de terror los médi­cos del Hospital Pediátri­co Agustín Zubillaga de Barquisimeto ven cómo la historia se repite. 28 años después del primer brote epidemiológico de la bacteria Serratia mar­cescens, padres, especia­listas y organizaciones no gubernamentales ob­servan cómo un proble­ma que era perfectamen­te controlable se ha con­vertido en una endemia que, aparentemente, aca­bó con la vida de 13 in­fantes en la región.

Grethna El Alabi, presi­dente de la Asociación de Madres y Padres por los Niños en Venezuela (Ma­pani), explica que la Se­rratia marcescens (bacte­ria detecta­da a mediados del mes de junio) ha mutado tanto que, en estos momen­tos, es com­pletamen­te resistente a cualquier antibiótico.

“Los niños están inde­fensos. Nos guste o no te­nemos que decir las co­sas por su nombre: esta­mos en medio de una endemia que seguirá co­brando vidas infantiles si no se actúa de inmedia­to”, suelta.

Lo que más preocupa a la doctora es la postura si­lente adoptada por las au­toridades regionales que no reconocen las muer­tes que organizaciones no gubernamentales vie­nen denunciando desde hace poco menos de un mes. “La Serratia es una bacteria tan agresiva que puede acabar con la vida de una persona en ape­nas 12 horas. Necesita­mos poner manos a la obra porque los días pa­san y esta se hace mucho más resistente”, dijo.

Tan rápida es la evolu­ción de la bacteria que, según datos recolectados por el equipo reporteril del diario La Prensa, en 13 meses la Serratia mar­cescens se hizo resisten­te a los únicos tres anti­bióticos (Amikacina, Ci­profloxacina y Meropen) que habían mostrado al­gún tipo de defensa fren­te a la infección. De primera fuente La Prensa obtuvo imágenes de resultados de hemo­cultivos (pruebas espe­ciales que se realizan pa­ra detectar enfermedades bacteriológicas) en los que se demuestra cómo el patrón de la Serratia cambia de sensible a in­termedio y resistente en menos de un año.

“Si en el 2017 se hubiesen hecho los trabajos de limpieza que de­mandaba la situación hoy no es­taríamos pasando por esto”, lamenta la fuente que suministró las imágenes al diario. En junio de 1990 un grupo de 6 médicos reali­zó una investigación en el área de Pediatría del Hospital Central de Bar­quisimeto. El informe re­coge los datos de 23 ni­ños que habían muerto en el servicio contamina­dos con la Serratia.

Para ese momento el porcentaje de mortalidad en personas infectadas alcanzó el 70%. Ceftazi­dime, Ciprofloxacina y Enoxacina fueron utiliza­dos por los médicos para frenar las infecciones; sin embargo, este trata­miento no es viable hoy en día pues ninguno de estos antibiótico llega con regularidad a los cen­tros públicos.

Fuente: La Prensa