Este viernes 01 de junio se cumple un año de la suspensión del Programa de Donación y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células del Ministerio de Salud en Venezuela realizado con injertos de cadáveres dejando a más de 5.000 personas en lista de espera, aquellas personas con insuficiencia renal han sido condenadas a una vida limitada con un tratamiento de diálisis, que excede las recomendaciones médicas de aplicarlo como de forma temporal no mayor a los seis meses. La diálisis prolongada por más de doce meses (1 año) disminuye las probabilidades de ser receptor de órganos por el daño cardiovascular que puede producir dicho procedimiento médico.

Es importante recordar que en este momento existen 1.000 máquinas de diálisis del Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS) dañadas, distribuidas en todo el país, afectando a las 16.000 personas que requieren del tratamiento para vivir.

El programa de trasplante permaneció bajo la tutela de la Organización Nacional de Trasplante de Venezuela (ONTV), con la supervisión del ministerio de Salud hasta 2013. El sistema había logrado subir la tasa de donación de injertos a 4,5 por millón de habitantes hasta 2012. En 2014, cuando la cartera de  Salud asumió el programa con la creación de Fundavene, la donación de órganos disminuyó a 1,7 donantes por millón de habitantes ese año y el 2015. Las deficiencias presupuestarias del ministerio generaron una disminución alarmante en 2016 que finalizó con 0,5 donantes por millón de habitantes en 2016.

Este lamentable aniversario de la contingencia de donación coincide con el Día Mundial de las Personas Trasplantadas que celebra el 6 de junio la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por esta razón, las organizaciones Prepara Familia,La Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida) y la Asociación de Amigos Trasplantados de Venezuela organizaron una concentración el próximo martes 05 de junio a las 10am, en las puertas del Ministerio Popular para la Salud, donde entregaremos un comunicado para exigir la reactivación del programa de trasplantes suspendidos, exigir el suministro de inmunosupresores necesario para mantener sano el injerto trasplantado que le compete al IVSS y que incumple en 90% de los 11 medicamentos antirechazos y el cumplimiento de los protocolos de tratamientos de las personas trasplantadas y con síndrome nefrótico.

La ausencia prolongada de inmunosupresores ha causado la muerte de seis trasplantados en los primeros cinco meses del 2018 (José Herrera falleció el 26 de mayo, Jesús Rondón el 10 de mayo, Ángel Sánchez el 07 de mayo, María Margarita Sánchez el 16 de abril, Luz Marina Martínez el 13 de marzo, Marta Solórzano el 04 de marzo), y dos en 2017 (Belkys Solórzano el 12 de noviembre, y  Yamilexi Reyes el 15 de noviembre). Todas fueron muertes evitables, pero en el contexto de emergencia humanitaria compleja las autoridades por acción u omisión están incumpliendo sus obligaciones de defender el derecho a la salud y la vida de los venezolanos.